Definir que es literatura no es tarea fácil, ¿qué es lo literario? ¿qué hace que un texto lo definamos como tal y lo consideremos una obra para ser leída más allá de lo pragmático?
Según
Eagleton (1993) literatura seria el discurso no pragmático, ya que carece de un fin
práctico inmediato y se refiere a una situación de carácter general, por lo tanto, LIJ son obras que hablan de la vida desde la mirada de un adulto dirigida especialmente para niños y jóvenes, presentan situaciones de carácter general sin un fin práctico inmediato más que el disfrute y el goce. Estos vienen dados por la belleza en el uso del lenguaje y las ilustraciones que acompañan al texto escrito. No voy a entrar en la discusión acerca de lo qué es la belleza, sin embargo, quiero plantear que mi posición es que existe una belleza absoluta y objetiva que se puede encontrar en las cosas, en este caso en el uso de las palabras, éstas pueden ser parte de lo bello.
Me gustaría plantear una discrepancia con la definición planteada por Eagleton, muchos de los ejemplares pertenecientes a la LIJ parecen tener un fin práctico, en el sentido que la belleza del lenguaje está al servicio de un cierto didactismo, muchas veces el lector es considerado como un ser inferior al que hay que enseñarle y mostrarle el mundo pero desde una mirada ajena, no desde su propia mirada.
Antes de entrar a estudiar literatura, me parecía que la LIJ era literatura con mucho mayor propiedad que una vez que comencé a estudiar Letras Hispánicas, sin embargo, luego de un período de reflexión, descubrí lo literario que hay en todas esas obras que leí desde pequeña e hizo crecer mi amor por las letras. La literatura va más allá de lo que se considere como perteneciente a un canon universal, son textos que sirven como espejo del mundo interior y que de cierta manera interpelan al lector con respecto a su interioridad.
Entonces, la LIJ es un conjunto de textos que interpelan a los niños y jóvenes porque tratan temáticas acordes a sus etapas de desarrollo de una manera que les resulte cercana y les permita identificarse ya sea en los personajes animales, en las princesas que desean ser, en los ogros que no les gustaría parecerse o en la tortilla corredora que escapa para no ser comida. Todos escapamos algunas veces, ver eso reflejado en un texto y que te interpele: es literatura.
Con respecto a mi experiencia como lectora de LIJ ha sido muy variada, desde pequeña recuerdo haber devorado, literalmente, uno tras otro todos los libros que habían en la biblioteca del papá, Perico trepa por Chile, Los pecosos, la colección completa de Papelucho, El increíble mundo de Llanca, La fábrica de nubes, Momo, Ingo y Drago, Las brujas, Las crónicas de Narnia, etc. etc. etc. de haberme fascinado con cada una de las historias, de parecerme que acababan muy pronto una vez que comenzaban, de haber pedido a la mamá que por favor me comprará un nuevo libro azul (libros que pertenecían a la colección Barco de Vapor), luego naranjo para terminar en rojo, antes de pasar a la estantería de los libros "para adultos". Recuerdo haber leído mucho durante mi infancia y que esto me servía como espejo, como refugio, me mostraba tanto lo quería como lo que no quería ser.
Después me volví a enfrentar a la LIJ mientras estudiaba Pedagogía General Básica, recuerdo haber tenido un ramo en que debía leer un gran número de libros y hacer reseñas de ellos, que desilusión encontrarme nuevamente con alguno de ellos y ya no gozar como años atrás y que extrañeza de recordar otros y que te transportarán a años anteriores o descubrir títulos que no conocías. También aquí conocí los libros álbum ¡fue amor a primera vista!
Mi última experiencia como lectora de LIJ se refiere a una vez que ya estoy ejerciendo como profesora General Básica mención en Lenguaje y debo preparar las no siempre entendidas pruebas de lectura mensual, me vuelvo a enfrentar con algunas obras con una nueva mirada, pero también me causa asombro cuando puedo seguir reconociéndome en ciertos párrafos, en la gran cantidad de humanidad y sentido común que existe en cada uno de esos libros.
Es también en el ejercicio de mi profesión, que me he visto enfrentada a ser un mediador de la lectura. Me gustaría referirme a dos experiencias particulares, la primera con niños no lectores, en que elijo obras para ellos y luego generamos un diálogo que me permite ir conociéndolos más y a ellos enfrentarse con sus sentimientos y creencias acerca del mundo. Ha sido una experiencia que me ha enriquecido especialmente al escuchar sus respuestas frente a las preguntas valorativas.
Por otro lado, debo animar y monitorear la lectura mensual de los terceros básicos y esta aunque puede parecer una tarea un poco aburrida ha sido completamente enriquecedora, leer el texto con antelación a ellos y buscar los elementos que pueden ayudar a motivar su lectura a significado un gran esfuerzo como profesional, sin embargo, las discusiones que se generan al rededor de los capítulos, los trabajos que realizamos dependiendo de su avance en la lectura y que los niños llegan a dar su prueba con el libro leído una, dos e incluso tres veces quiere decir que la mediación, la motivación para la lectura está dando resultado.
La LIJ ha invadido mi vida en diferentes etapas y me enamoran y vuelve a enamorar sus libros llenos de colores, imágenes expresivas o historias simples y concisas que tratan temas universales que permiten reflejarse en ellos.
Palabras claves: Literatura, pragmatismo, belleza, lenguaje, LIJ, experiencia, reflexión.
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